Ibarrekolanda se levanta hoy como un barrio de Bilbao perteneciente al distrito 1 de Deusto. Sin embargo, la historia nos cuenta cómo durante el pasado siglo, el siglo XX, ha ido sufriendo diferentes transformaciones que han convertido lo que antaño fue una zona rural en barrio eminentemente urbano.

Ibarrekolanda hoy
Hoy Ibarrekolanda delimita al norte con el barrio de San Ignacio, al sur con el barrio de Deusto, al oeste con el canal de Deusto y al este con el monte Banderas (Elorriaga mendia), bajo el cual se encuentra nuestro incomparable barrio, con su idiosincrasia particular y diferenciada de los colindantes, a pesar de que la historia nos habla de un desarrollo común.
A diferencia de las villas, las anteiglesias no fueron fundadas por nadie, sino que los caseríos dispersos se juntaban para dar soluciones a sus problemas, aglutinando familias y «barrios». Tras el asentamiento del cristianismo serán las iglesias y las ermitas los centros neurálgicos de su vida, pues frente a ellas se juntaban los regidores y representantes de los vecinos para legislar y deliberar los asuntos que concerniesen al conjunto de los caseríos; así tomó el nombre de anteiglesia.
En Deusto se reunieron durante muchos años en el cementerio anejo a la iglesia de San Pedro de Deusto, según se recoge en documentos de varias épocas.

En los siglos XVI y XVII existieron setenta y dos anteiglesias en las Juntas Generales. La población de Deusto a finales del siglo XVIII era de unos 1250 habitantes, cuya vida no era nada fácil. En aquellos siglos la población era eminentemente agrícola, siendo el trigo, la uva y más tarde el maíz los principales cultivos, sobre los cuales se aplicaba una especie de impuesto, el diezmo (la décima parte de la cosecha)
El diezmo (de tradición cristiana) vino impuesto en aquellos años por los nobles o señores, que, asumiendo un papel eclesiástico, construían las iglesias y ermitas; pero a su vez cobraban el diezmo como cuota por la construcción del templo, por la manutención del cura y por los gastos que el señor diezmero quisiera. En Deusto los patronos diezmeros pronto cedieron sus derechos a la propia parroquia, al propio pueblo.
En 1752 se construyóe l primer ayuntamiento en Deusto. Una segunda casa consistorial se erigió en 1888 que fue destruida en 1937 durante la Guerra Civil. En actas de sesiones del Ayuntamiento se recogen ordenanzas con las que regulaban la vida del pueblo: la prohibición de introducir uvas y vinos, sidras y manzanas de afuera (de otros pueblos) hasta que los excedentes propios fuesen agotados; se marcaban los precios tanto para la uva como para el vino, y también a los panaderos se les marcaba el precio y el peso del pan, que en este caso coincidía con los marcados por la Villa; los regidores se encargaban también del mantenimiento de los caminos, así como de dar cuenta de los gastos habidos durante el año en la república.»República», «Ibarrekolanda, república independiente»: eslogan que desde los años 80 ha sido y es un grito de diferenciación y de reconocimiento de lo propio, pero que en Bizkaia tiene además un significado más entrañable. Ya en el siglo XVIII las Juntas Generales usaban el término para referirse a todos los asentamientos con jurisprudencia propia, independientemente del titulo de ciudad, villa o anteiglesia que ostentasen. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el vocablo tiene entre otras acepciones la de «Municipio, habitantes y ayuntamiento».
Según nos cuentan, la vega era muy fértil. Frutales, hortalizas, hierva, matorrales y zarzas tenían buena tierra y agua en abundancia para crecer con facilidad. De hecho hay dos topónimos, Elorrieta y Elorriaga, conocido popularmente como monte Banderas, en donde en 1791 el Consulado de Bilbao solicitó «la colocación de palos de banderas con señales para la salida y entradas de las embarcaciones, más una tejavana para refugio del que custodiase este telégrafo». Así, este telégrafo cambió la denominación del monte cuya raíz, al igual que Elorrieta es «Elorri» -espino-.
Las primeras menciones sobre Ibarrekolanda aparecen en el siglo XVIII en un litigio por el intento de venta por parte del ayuntamiento de la Anteiglesia de «la campa de Ybarra». Sin poder determinar la ubicación del caserío «Ibarra» tenemos dos datos significativos. Uno, fechado en 1775: Agustín Antonio Ugarte compra el caserío Gastañaduy «con todas sus tierras de pan sembrar, manzanales, viñas, castañales, jarales, robledales…» y de ellos un trozo era de Ibarralanda. El otro nos dice «que frente a la casa de Ibarra se halla la campa arbolar titulada Landa Ibarra; todo ello en lo bajo y llano mui cerca de la ría y muelles donde están surtas y ancladas las embarcaciones que van y vienen a este puerto de Bilbao».
Durante el siglo XIX, la Anteiglesia se industrializa: los astilleros, Bilbao Goyoaga, y ya en el siglo XX, Artiach, Talleres Deusto, El Añil…, se instalan principalmente junto a La Ribera y dejan a Ibarrekolanda como zona verde, natural, tranquila y atractiva para varias familias de Bilbao que construyeron sus chalés en el barrio. Sólo en el último cuarto del siglo XIX empieza el cambio: el ferrocarril en 1887 y el cementerio de la Anteiglesia construido en 1885 en los terrenos del barrio, van a dar un fuerte impulso al nombre de Ibarrekolanda.
La extensión del barrio ha ido variando en el transcurso de los años, así el 22 de abril de 1920 el ayuntamiento de Deusto hizo una división en la que Ibarrekolanda era un grupo del barrio de Madariaga que «empieza en la casa propiedad de la viuda de Garro, junto al paso a nivel para terminar en la casa propiedad del Exmo. Sr. Conde de Zubiria, situada frente a la del Exmo. Dr. D. Gregorio de la Revilla, consta de 11 casas habitadas…»

En los años 50 el canal destrozó la vega de Deusto.
Pero a mediados del siglo XX hay grandes variaciones: la primera fase del grupo San Ignacio de Loyola, que se construyó entre el barrio de Tellaetxe y la vega de Ibarrekolanda, y el canal de Deusto, que se tragó el barrio de Etxezuri, que por entonces era más importante que Ibarrekolanda.
Recogidos en el plan de distritos que aprobó el Ayuntamiento de Bilbao en 1987, los límites quedan establecidos de la siguiente forma: desde el colegio de Salesianos hasta el barrio sindical de San Ignacio y desde el canal de Deusto hasta la avenida de Enekuri. La extensión actual del barrio comprendía anteriormente estas cinco zonas: Ibarrekolanda propiamente dicha, Landabaso, Larrauri, San Miguel, y la finca de Sarriko.

Txakoli Arbolagaña.
De entre los txakolis, ha sido el Arbolagaña el que ha llegado en el recuerdo hasta nuestros días por su peculiaridad. De hecho, es el símbolo que identifica al barrio. Sin embargo, no fue el único. Empezando por el de Rementeria, posteriormente llamado Montenegro, no debemos olvidar los txakolis temporeros Rondoko e Irabia, que tenía una bolera. Todos estos junto con el caserío Anpetxako, que más que txakoli era merendero, formaban la oferta gastronómica del barrio.

Caserío Mazo desde el túnel.
Pero la historia de Ibarrekolanda empezó a cambiar con la construcción del cementerio y, sobre todo, con el ferrocarril Bilbao-Las Arenas que pretendía unir la zona urbana e industrial de Bilbao con Las Arenas, donde podrían tomar los baños de mar, respirar aire puro y disfrutar del descanso y la distracción, con la idea de equipararse a las zonas burguesas de Europa en donde estaban de moda los baños. Aunque el proyecto del ferrocarril data de 1872, obtuvo la concesión del gobierno el 4 de mayo de 1883 por la que autoriza a Ezequiel de Aguirre a construir y explotar un ferrocarril entre Bilbao y Las Arenas. Este proyecto tuvo que ser postergado hasta el 1 de julio de 1887 por culpa de la última Guerra Carlista (1872 – 1876). El ferrocarril facilitaba a los vecinos de Ibarrekolanda acercarse a Bilbao a los tinglados del mercado de La Ribera, llevando sus productos, hortalizas, leche, aves…, y así ampliar sus expectativas económico-familiares, mejorando las otras posibilidades de desplazamiento que eran a pie o en montura.
A principios de siglo el ferrocarril a su paso por Ibarrekolanda presentaba un problema: «la unión de la carretera de Bilbao a Plencia con el ramal de Olabeaga (camino de Ibarrekolanda), que además de un recorrido que se puede evitar hay un paso a nivel que es un peligro constante por el gran tránsito y sobre todo en los acompañamientos al cementerio» y así en 1926, antes de que los problemas se agudizasen se expropiaron los terrenos necesarios para poder hacer el túnel por el que se entraba en Ibarrekolanda; de este cambio como recuerdo de la antigua estación nos quedó durante muchos años el muro embaldosado con la publicidad de los viveros «flores Cortadi», que se encontraban tras el muro que los publicitaba, frente al caserío de Mazo.

Restos de la antigua estación de Ibarrekolanda.
El ferrocarril produjo un primer núcleo urbano en Ibarrekolanda creando las casas de la Avenida de Enekuri, junto al cementerio de Deusto, bajo el caserío Araneko, construidas en la década de los años 20, generalmente de una o dos alturas, aunque una de ellas llegó a tener cuatro por una ampliación bastante posterior. Todas estaban en la zona mejor comunicada, al lado de la carretera, sobre la estación del tren y cerca de la terminal del tranvía que finalizaba el recorrido junto al caserío Garro, en la confluencia de Ramón y Cajal con la avenida de Enekuri. El nº 3, unía Ibarrekolanda con Atxuri «cada cuarto de hora y siempre que la circulación lo permitiera». Estas casas fueron derruidas en el 2000 para dar paso al proyecto de mejora del tráfico que une el alto de Enekuri con la variante baja de Deusto.
El tranvía fue un gran competidor del ferrocarril. La primera línea que unía Bilbao con Las Arenas se inauguró en 1875, y los primeros vagones eran de tracción animal, «tranvías con motor de sangre», hasta que en 1896 se electrifica la línea del nº 2 que pasaba por La Ribera, (por el camino de sirga). Aprovechando el devenir de la gente, el comercio, las pequeñas y grandes empresas, se fue creando una zona de gran población, el barrio de Etxezuri. Junto a los viejos caseríos, se construyeron chalés y casas de varias alturas cercanas a las empresas de La Ribera y Zorrozaurre: la galletera Artiach, la fábrica de oxígeno, Lantero (empresa metalúrgica),… y el campo de fútbol de Etxezuri donde jugaba el Deusto y le daba la importancia al barrio. Pero esta zona de grandes posibilidades urbanísticas, fue engullida a principio de los 50 con la construcción del canal.

Las casas de la Avenida de Enacuri fueron demolidas en 1999.




Disfruté la lectura, gracias por publicar algo tan interesante sobre la historia de estos barrios.
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